Como expertos en realizar coronas funerarias en Madrid queremos hablar de un interesante dato: ¿por qué llevamos flores al cementerio?

En Floristería Pétalos, nuestra tienda de flores, hemos investigado y hemos descubierto que la primera tumba a la que se llevaron flores es de hace 13.000 años, según han demostrado los últimos enterramientos de la Edad de Piedra encontrados en Israel. Desde entonces, la mayoría de las sociedades han adoptado el uso de flores en cementerios de la misma forma que es habitual también desde hace varios siglos el uso de esculturas de mármol con sentido religioso. En sus orígenes servían también para enmascarar el olor de los muertos, velados entonces durante varios días.

Normalmente se solían poner claveles, que expresan admiración y homenaje; gladiolos, que transmiten sinceridad, azucenas, lirios y sobre todo crisantemos: la «flor de oro», tal y como la comenzó a denominar Josefina de Francia uniendo Chrysos (oro) con anthemos (flor). Es la flor emblema del Día de Difuntos: su breve floración coincide con los últimos días del otoño, octubre y diciembre, y se usa tanto porque ninguna otra planta evoca con tanta claridad que la vida es solo una fase breve y temporal.

Lo cierto es que, ahora en el año 2017, los vivos seguimos con la tradición de depositar flores en las sepulturas o panteones familiares como ofrenda temporal, pero también a veces velas, figuras religiosas, fotografías y cualquier otro elemento significativo que vincule a familia y amigos con el ser querido. Si quieres las más bonitas y olorosas, solicita ya nuestras coronas funerarias en Madrid.